Llueven ladrillos sobre el constructor

A finales de 2006, el grupo constructor SacyrVallehermoso daba un golpe de mano y se convertía en el principal accionista de Repsol, con un 20% del capital de la petrolera. Su presidente, Luis del Rivero, había logrado entrar en el olimpo empresarial y codearse con las grandes fortunas del país. El ingeniero de Caminos, hombre hecho a sí mismo y con escarceos políticos en la derecha durante la transición, cumplía así uno de sus deseos, tras fracasar dos años antes en el intento de controlar el BBVA. Pero el ladrillo y el crédito fácil, los materiales de los que estaban hechos aquellos sueños, dan paso ahora a la pesadilla de una deuda que hunde la empresa. Y la participación de Repsol se ha convertido en salvavidas.

Fecha: 
22/11/2008