Las cajas de ahorros no saben gestionar pisos ni el suelo. Tampoco son expertas en venderlos y, en una crisis como ésta, pueden acabar como verdaderas inmobiliarias. Para evitar esta situación tan agobiante, que ya se produjo en la crisis de 1993, las cajas se han organizado.
Ayer presentaron una sociedad a la que aportarán activos inmobiliarios con el fin de reducir parte de los riesgos del balance. Los activos serán promociones terminadas, sin acabar, suelo urbano, rústico, viviendas de particulares, hoteles y oficinas.
Fecha:
05/03/2009
Enlace: