Nuestras ciudades están atravesadas por la lógica de la deuda. Las casas y edificios en que vivimos, trabajamos y jugamos sirven como apoyo a la expansión de un sistema financiero y a una seria de mecanismos cada vez más abstractos para la captura de la riqueza social. De este modo, las posibilidades de la metrópolis están encerradas por la lógica de la deuda y de la renta financiera. Irlanda y el estado español, dos países ‘rescatados’ de la periferia europea, han experimentado extraordinarios ‘booms’ inmobiliarios en las dos ultimas décadas. Ambos países han visto incrementados en más de un 300% el precio de la vivienda. Este proceso ha sido posible gracias a una serie de dinámicas que se han evidenciado a lo largo de las últimas décadas.
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