La burbuja inmobiliaria en España estalló entre finales de 2007 y principios de 2008. Sin embargo, pese a que han pasado ya casi cuatro años desde que el sector echó el freno, el mercado de la vivienda sigue sin levantar cabeza. Además, para agravar las cosas, el rebrote de las tensiones financieras está cerrando aún más el grifo del crédito a las familias que quieren cambiar de casa, tal y como demuestra que durante el pasado agosto tanto el volumen de dinero prestado para este fin como el total de préstamos concedidos marcaron un mínimo de los últimos ocho años. Con este panorama, se vuelve a alejar el final de la crisis del ladrillo. Si es que dejó atrás los problemas alguna vez.
Según ha informado hoy el Instituto Nacional de Estadística, el dinero prestado por los bancos y cajas en agosto cayó un 49% hasta los 3.125 millones de euros, con lo que acumula una larga racha a la baja desde septiembre del pasado ejercicio. Junto a ello, si el dinero prestado cae, el número de hipotecas concedidas sufre de la misma manera. Según la oficina de estadística, en este mes se firmaron 29.231 créditos, lo que supone un recorte del 41% con respecto a agosto de 2010. El importe medio de estos préstamos también bajó, un 12% hasta los 106.920 euros.
Si bien es cierto que agosto no destaca precisamente por ser un periodo de gran actividad en el mercado, ni en el mismo mes de 2010, 2009 o 2008, los años más duros de la crisis, se había dado tampoco crédito y se habían firmado tan pocas hipotecas.
Además, con vistas al futuro, el horizonte que afronta la banca de un endurecimiento de los requisitos de solvencia y más recapitalizaciones amenaza con reducir en un mayor grado la financiación a las familias y empresas españolas, tal y como han advertido durante esta semana importantes figuras del sector como el presidente del Santander, Emilio Botín, o la patronal de las cajas.
Por el lado contrario y si hay que ser positivos, los porcentajes de caída registrados en agosto se han moderado con respecto a las tasas negativas de julio. En concreto, durante el primer mes del trimestre la concesión de créditos bajó un 47% y en junio un 42%. El dinero prestado, por su parte, ha pasado de reducirse a un ritmo del 51% en julio a un 49% en agosto. Sin embargo, la moderación no deja margen para el optimismo.
Junto al frenazo en los créditos, la construcción de nuevas viviendas tampoco arroja signos positivos. El inicio de viviendas libres cayó en el segundo trimestre del año un 24% en tasa interanual con 13.679 proyectos. Frente al dato de cierre de marzo, el descenso es del 11,7%, según ha informado hoy el Ministerio de Fomento. Asimismo, entre abril y junio se finalizaron 31.077 inmuebles, un 53,1% menos que un año antes. En este caso sí hay un avance intertrimestral con un incremento del 1,6% frente a los tres primeros meses del año, aunque la estacionalidad de las obras y los parones que provocan el invierno y las bajas temperaturas condiciona la comparación.