Tras la corrección de precios abortada por el Gobierno de Felipe González en 1995, y la inyección al mercado vía reformas legislativas impulsada por el Gobierno de Jose María Aznar, llegamos en el período 2003-2007 a un alza explosiva de precios, alimentada por una cascada de crédito fácil proveniente de Europa.

Esto provocó que el precio del suelo se disparara, así como los precios (que no la calidad) de la construcción residencial en España. Durante este período, miles de españoles adquirieron viviendas, en unos casos para optar a su primera vivienda, en otros, como "inversión" (curioso, nadie se atreve a llamarle especulación, los especuladores son siempre otros).

Con el cambio de ciclo, o más bien, al reventar una burbuja insostenible, miles de "inversores" vieron como sus expectativas de jugosas plusvalías se volatilizaban. Por otro lado, propietarios de vivienda habitual adquirida se han visto obligados a sacar las mismas al mercado por muchas y variadas razones (desempleo, separaciones, traslado...).

Hoy vamos a analizar las diferencias en el modo de pensar de un profesional de este tipo de inversión, y las de un aficionado. El profesional tiene en cuenta, como guía rectora para su estrategia, la Rentabilidad.

Analiza los precios por metro cuadrado de las distintas inversiones, la tasa de retorno, la seguridad de obtener rendimientos constantes por el inmueble, la evolución futura de los precios y de la zona, la fiscalidad presente y futura. Conoce los pros y contras de este tipo de inversión, que se caracteriza por su baja rentabilidad (en los mejores casos oscila entre el 6 y el 8%) y baja liquidez (vender un inmueble en condiciones normales de mercado es tarea ardua, entre otros factores, porque valen bastante dinero).

Todo esto se alteró en los últimos años, comportándose el mercado inmobiliario de modo anormal, pues estábamos bajo los efectos de una burbuja de proporciones siderales. A los profesionales esto no se les escapó,. De ahí que de entre aquellos que conozco, ninguno compró suelo más tarde del 2003. A partir de dicho momento, consideraron que era demasiado caro, liquidaron posiciones y se sentaron a esperar, mientras el resto se daba de tortas por un ladrillo.

Algunos se han quedado enganchados con inmuebles desde el 2007, pero han reaccionado rápido y con decisión, optando por modos alternativos de darles salida, mediante alquileres, alquileres con opción a compra e incluso contratos tipo sale and lease back, o venta a pérdida en caso de ser necesario.

Como inversores conocen las máximas del negocio, entre ellas: que hay que andar listo y moverse rápido, que en las inversiones, a veces se gana, y otras se pierde, que hay que esperar a que el mercado corrija, y que nunca hay que ir contra mercado.

Ninguno de ellos ha adquirido nada en este tiempo, salvo excepciones que suponen auténticas gangas, pero muy puntuales. Tampoco han superado el 30% en posiciones inmobiliarias respecto a activo total.

La visión de aficionado

Pasemos ahora al lado del aficionado, que en estos momentos padece una relación de amor-odio con su inversión. El proceso psicológico del inversor aficionado suele atravesar las siguientes fases:

Qué gran inversión he hecho, esta zona va para arriba. Con las plusvalías me compro un adosado, con la venta del adosado 3 pisos y luego a vivir de rentas (versión s. XXI de las cuentas de la lechera).
Dicen que los precios están bajando, pamplinas, el otro día dijo Fulano que se acabó la bajada, este año vuelven a subir.
Demonios, no se vende ni una escoba, tal vez debería de vender...
Pero como se atreve el de la inmobiliaria a proponerme ese precio, ¡ladrones!
Pero si solo lo vendo por lo que me costó... Y un poquito para ir tirando (ir tirando suelen ser de 50.000 € para arriba, se tira mucho).
¡Estos desgraciados pretenden que regale el piso!
Bueno, lo pongo en alquiler también, así me pagan la hipoteca.
¡Con ese alquiler no cubro la hipoteca!
¡No puedo vender perdiendo y no tengo para cancelar el diferencial, el banco no me financia el resto!
Aguantaré, esto tiene que remontar algún día.
Y el ciclo mental vuelve a empezar, invirtiendo en cada uno de los pasos varios meses, meses en los que el mercado sigue colapsando.

Con esto regresamos a nuestro inversor profesional, que no ha olvidado la máxima de que, en la inversión, no se le debe de tener cariño o apego a nada: las empresas están a la venta desde el primer día de apertura; las inversiones pueden liquidarse a la hora siguiente de realizarse; nuestro portfolio de inversión es eso, dinero en movimiento buscando rentabilidad; dinero que no se mueve con criterio, es dinero malo.

Resumiendo, no pierdan el tiempo, liquiden sus "inversiones" inmobiliarias hoy mejor que mañana, aunque pierdan. Mañana perderán todavía más. No se dejen seducir por los cantos de sirena, el mercado inmobiliario español no se va a recuperar por lo menos en 10 años. Si está pensando en adquirir, ídem de lienzo, no se deje engatusar por la gran oferta de una entidad financiera o un promotor zombie, están asfixiados por los inmuebles en balance, saben que les queda mucho margen de caída y necesitan a quien colocarle esos inmuebles.

Les dejo por hoy con una nueva cita:

En los negocios prácticos de la vida, no es la fe la que salva, sino la desconfianza

Napoleón Bonaparte

01/2011

Ha llegado a mis manos una resolución judicial que no permite a un banco reclamar más dinero al deudor después de quedársele la casa. Es una buena noticia para aquellos que no pueden pagar su hipoteca y para los que buscamos el talón de Aquiles a ese “Leviatán” que surge bajo la piel de cordero llamada banca.

La sección segunda de la Audiencia Provincial de Navarra dictó el 17 de diciembre de 2010 un Auto, en el rollo de apelación civil 74/2010, confirmando la resolución del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción núm. 2 de Estella/Lizarra de 13 de noviembre de 2009 en unas actuaciones de ejecución hipotecaria. He tenido acceso íntegro a la misma gracias a la abogada amiga Irene Vieira Fuentes, que consiguió una copia y sabía que me interesaría.

¿Cuál es la novedad? Tanto el Juzgado como su superior jerárquico, la Audiencia Provincial, han considerado que no es procedente continuar la ejecución por el resto del principal debido.

Auto de 17 de diciembre de 2010

Una pareja había pedido un préstamo al banco de 59.390 euros con garantía hipotecaria sobre un piso; en 2007 amplían el préstamo en casi 12.000 euros. Al no poder pagar las cuotas de la hipoteca, el Banco da por vencido el préstamo, lo ejecuta y la finca sale a subasta. Nadie puja por la casa y el banco se la adjudica por 42.895 euros, poco más del mínimo legal en ese caso (el 50 % del valor si nadie puja). Ahora bien, esta suma no cubría todo el dinero que se le debía al banco. Por esto el banco pidió al Juez que embargase más bienes de los deudores para poderse cobrar los 28.129,52 euros que faltaban.

La respuesta del Juez a la petición del banco fue: “No ha lugar”. Únicamente le permitió continuar la ejecución por intereses y costas, que no es poco.

¿Por qué el Juez “perdonó” estos 28.129,52 euros a los deudores? Por justicia. El argumento legal: constituía un abuso de derecho (que la Audiencia no apreció) y la finca adjudicada valía más que el importe de la deuda.

El Juez hizo lo que tenía que hacer: interpretar la ley buscando aplicar la justicia. La verdad es que la interpretación es algo forzada, pero es razonable y totalmente justa. Dice que el valor de la finca es suficiente para cubrir el principal de la deuda reclamada, incluso es superior, siendo circunstancial que la subasta, al haber quedado desierta (sin que nadie hiciera ninguna oferta), tan solo sea adjudicada en la suma de 42.895 euros; ya que lo cierto es que el banco se adjudica una casa que él mismo había valorado en su día en un importe superior al que ahora se debía.

Ciertamente hay una manera para las entidades bancarias de evitar que se repita esta argumentación, pero no seré yo quien les dé la pista para ello; ya tienen sus propios abogados.

Lo importante es que los Tribunales han considerado que el valor de la finca que se adjudica el banco no ha de ser necesariamente la cifra por la cual se la adjudica, sino el valor real del bien.

El argumento pasa por el hecho que sea el propio banco acreedor el que se quede la casa; si se la quedase un tercero, la deuda no quedaría saldada más que por el importe que el postor pagase al Juzgado. Pero si el banco se queda la casa, ya que tiene un valor mayor que el “mínimo legal”, no “vale” que todavía quiera más.

La resolución de la Audiencia añade que aunque no se pueda considerar literalmente un abuso de derecho la petición del banco, sí es moralmente rechazable que, para continuar reclamando más dinero, el banco alegue la pérdida de valor de la casa por causa de una crisis económica que ha provocado precisamente la mala praxis del sistema financiero del cual el banco forma parte.

Propuestas jurídicas para evitar injusticias

Comparto esta visión y me atrevo a proponer una serie de ideas al gobierno central y al legislador para continuar incidiendo en esta línea para evitar injusticias y facilitar la tarea a los jueces:

Es cierto que la actual Ley de Enjuiciamiento Civil ha mejorado desde el año 2001 la situación de las personas que no podían hacer frente a las cuotas de la hipoteca. Ahora es más difícil perder la casa, hay muchas opciones antes de que sea demasiado tarde, que conviene consultar a un abogado para que no se pierdan. Pero todavía no es suficiente y aun es posible que la casa se la termine quedando alguien por bastante menos de lo que realmente vale.

A estas alturas casi todos los españoles saben que aquí, a diferencia de lo que ocurre en Estados Unidos, si con el importe que se obtiene de la venta en subasta de la finca hipotecada no hay suficiente para pagar la deuda, aquel que ha perdido la casa todavía sigue debiendo dinero al banco.

Una medida que podría ayudar a evitar lo anterior es modificar los artículos 670 y 671 de la LEC en el sentido que el acreedor ejecutante en ningún caso se pudiera adjudicar el bien subastado por un importe inferior a la cifra que se le deba por principal e intereses. Con esto no se evitaría que la casa se la pudiera quedar un tercero –manteniendo la deuda por la diferencia entre lo debido y lo pagado por este tercero-; pero al menos no permitiríamos que la entidad bancaria, que no ha aceptado renegociar la deuda o dar una carencia, sea vea beneficiada por este hecho; y si se pierde la casa, al menos ya no se tendrá la deuda. Evidentemente, para evitar picaresca, este importe mínimo de adjudicación también sería aplicable a cualquier sociedad que estuviera participada por la entidad bancaria ejecutante o por alguna de su grupo o, incluso, por directivos o ex-directivos de la misma. Que todos sabemos que “hecha la ley hecha la trampa”.

Una modificación pequeña que sería muy útil sería conceder una especie de opción de recompra o derecho de retorno al deudor que ha perdido la casa en subasta. Así se podría prever que si el deudor mejora su situación en un plazo de cinco años, tendría derecho a volver a adquirir la casa por el mismo precio que se pagó en subasta o por el que se la adjudicó el acreedor, más gastos e intereses. Esto implicaría que los adjudicatarios no se podrían volver a vender la casa con grandes plusvalías, es decir, no podrían hacer negocio a costa de la desgracia ajena. Considero correcto el plazo de cinco años, ya que ha de dar tiempo a que se pueda recuperar el deudor y porque es el tiempo que dura un contrato de alquiler. El nuevo propietario podría mientras alquilar la vivienda para rentabilizar la inversión. Si el antiguo propietario vuelve a tener dinero, podrá recuperar su casa.

Una medida más osada sería obligar por ley a las entidades bancarias a conceder carencias de amortización a aquellos que acrediten que han visto reducidos sus ingresos por causas coyunturales superables; de manera que si pueden pagar los intereses, puedan mantener la propiedad de la casa durante un tiempo razonable.

¿Os parecen bien estas ideas? ¿Alguna sugerencia? ¿Me ayudáis a difundirlas?

01/2011

as viviendas de menos de 200.000 euros desaparecieron del mapa durante los años del boom, pero son el ave fénix de la crisis inmobiliaria en las grandes ciudades españolas. así, según los datos de idealista.com [empresa editora de este boletín], las casas de segunda mano entre 100.000 y 200.000 euros son ya las más ofertadas en madrid con el 29,0% de la oferta en enero de 2011, cuando en 2006 marcaron un mínimo del 8,1%. en barcelona suponen algo más del 20%

son la cara alegre de la crisis. ésa que muestra que cada vez hay más viviendas asequibles para muchos compradores en las grandes ciudades, aunque sea a costa de reducir el patrimonio de los propietarios. la ciudad de madrid es donde más petente este fenómeno, ya que 3 de cada 10 pisos que se ofrecen actualmente en idealista.com tienen ese rango de precios. actualmente ya se está en porcentajes de 2003 y lejos de los niveles de 2006, cuando los compradores apenas encontraban casas de este precio, ya que llegaron a suponer menos del 10% de la oferta

fernando encinar, director de estudios de idealista.com, señala que "tras el desplome de la burbuja están volviendo a aparecer pisos al nivel de compra de algunos compradores. las rebajas de precios de los particulares y la llegada de viviendas procedentes de bancos están acelerando este fenómeno"

01/2011

La crisis del ladrillo en España se prolongará aún durante 2011, cuando los precios de la vivienda podrían registrar caídas de entre el 10% y el 15%, lo que convierte al mercado inmobiliario español en el menos atractivo de Europa junto al de Irlanda, según estima la agencia de calificación crediticia Fitch Ratings.

La calificadora de riesgos justifica sus pronósticos en el impacto sobre los precios del exceso de 'stock' y el creciente número de viviendas procedentes de embargos puestas a la venta por los bancos.

Asimismo, la agencia apunta también como posibles detonantes de la caída de precios el efecto del elevado desempleo y las previsiones de una débil recuperación económica, así como las medidas de austeridad adoptadas por el Gobierno y la falta de confianza.

Por otro lado, Fitch destaca la división existente en el Viejo Continente entre las economías del Norte y el Sur de Europa, donde augura un débil crecimento para España en 2011, con una expansión del PIB de apenas el 0,5%, lo que mantendrá elevado el nivel de desempleo.

01/2011

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) considera que para superar la crisis inmobiliaria hay que flexibilizar los trámites administrativos a la edificación, cambiar el sistema impositivo y eliminar los incentivos fiscales a la compra. Junto a ello, también insta a facilitar el acceso a la vivienda social y mejorar el mercado del alquiler con vistas a fomentar la movilidad laboral, tal y como afirma en un informe sobre la situación del mercado residencial hecho público hoy.

Según añade el director de este organismo, Ángel Gurria, tras las "políticas mal diseñadas" de vivienda adoptadas por los países de la OCDE en el pasado, que según recuerda han agravado los efectos de la crisis financiera internacional, ha llegado la hora de que la vivienda ayude a recuperar la confianza en los sectores financieros y el desarrollo de un modelo de crecimiento sostenible. En caso contrario, advierte, podría ralentizar la recuperación.

Entre estos países, la OCDE sitúa a España entre el grupo de Estados que, por culpa de "la época del crédito fácil dominante en las últimas dos décadas ha disparado la volatilidad en los precios de la vivienda". Por su culpa, los pisos se han encarecido hasta en un 90%, añade antes de enumerar los países en los que este fenómeno, además de en España, ha sido más destacado: Australia, Bélgica, Finlandia, Irlanda, Holanda, Nueva Zelanda, Noruega y Reino Unido.

Además, en opinión del conocido como Club de los países desarrollados, "la desregulación e innovación en los mercados hipotecarios, junto a una inadecuada supervisión, han contribuido a una significante relajación en los criterios de calidad para prestar dinero". Este hecho ha derivado, añade, en un aumento de los impagos a medida que ha avanzado la crisis. Por ello, cree que futuras modificaciones en los mercados hipotecarios deberían estar relacionadas con una vigilancia regulatoria más estrecha y una regulación prudencial.

El informe sostiene que las políticas de vivienda que han favorecido la propiedad frente al alquiler han reducido la movilidad tanto laboral como residencial, lo que a su vez "socava la recuperación del empleo", agrega. Para invertir esta tendencia, la OCDE recomienda reducir los costes para las familias con limitaciones financieras, así como un rediseño de "la estricta regulación" que, hoy por hoy, rige el mercado del alquiler.

En su informe, la institución también propone incrementar la capacidad de respuesta de la nueva oferta de vivienda a la demanda del mercado. Cree que los países deben evaluar de nuevo los procedimientos de licencias que limitan el inicio de nuevas vivienda y reconsiderar la regulación del suelo. "Una oferta más receptiva puede limitar la volatilidad de precios, sus incrementos excesivos y animar la movilidad laboral".

Además, apuesta por eliminar las políticas fiscales que favorecen la vivienda sobre otras inversiones, ya reducen los costes del préstamo; animan las inversiones excesivas, la especulación y la volatilidad de precios y limitan la movilidad. En su opinión, los impuestos a la propiedad deberían reflejar mejor el valor del mercado. Sobre este último apartado, hay que recordar que en el caso de España, el Gobierno ha suprimido el principal incentivo fiscal: la deducción a la compra para quienes tengan rentas superiores a los 24.000 euros, aunque algunas comunidades la mantienen en su tramo del IRPF.

01/2011

El ministro de Fomento, José Blanco, ha animado a comprar una vivienda a quienes tengan intención de adquirirla, al considerar que se da un "momento óptimo" y que además se contribuiría a acabar con el actual stock de pisos en venta. "Animo a comprar una vivienda. Teniendo que comprarla es el momento óptimo y se contribuiría a resolver entre todos problemas que tenemos como el del exceso de stock", indicó Blanco en declaraciones a Onda Cero.

El ministro considera que aún se "tardará un tiempo" en drenar el stock, si bien añadió que "cuanto antes se consiga, mejor para la economía, porque repercutiría en que fluya el crédito". "En definitiva, yo animo a la gente a que compre una vivienda", añadió Blanco. En cuanto al precio de los pisos, recordó que lo determina el mercado, si bien apuntó que "es cierto que han venido bajando durante tres años consecutivos, de forma considerable en algunos territorios".

Con todo, insistió en que "nada volverá a ser lo mismo" en el sector inmobiliario. En su opinión, "la burbuja inmobiliaria ha constituido el rasgo diferenciador de la crisis en España". Según Blanco, esta burbuja, que achaca a la Ley del Suelo aprobada en 1998, "llevó a construir muchas más viviendas de las que se necesitan, lo que generó un incremento de precios exagerados y una situación de stock que se tardará un tiempo en diregirlo, sobre todo en segunda residencia", explicó.

01/2011

El túnel en el que se metió el sector inmobiliario hace ya más de tres años parece no tener fin. A un mercado asfixiado por la falta de financiación, el exceso de oferta y unas perspectivas de crecimiento económico y de empleo deprimentes, se une un proceso de caída de precios que comenzó en 2008 y que no tiene visos de concluir.

Lo más grave para aquellos que se dedican a la promoción y a la construcción no es que las viviendas se depreciaran un 3,5% el año pasado, según la estadística que presentó ayer el Ministerio de Fomento. Ni que la pérdida de valor haya alcanzado ya el 13,1% en comparación con el punto álgido de la burbuja, el primer trimestre de 2008, cuando las casas pasaron a ser artículos de lujo. Peor aún son los pronósticos de la mayoría de expertos -incluido el Banco de España-, que apuntan a que el proceso de pérdida de valor del ladrillo va a continuar, por lo menos, un año más.

"El ajuste se ha hecho más ajustando las cantidades que los precios. Con la crisis tan fuerte que España ha sufrido, un descenso desde el pico del 13% es prácticamente nada", argumenta Paloma Taltavull, de la Universidad de Alicante. Este descenso es especialmente pequeño si se compara con el de países que soportaron una burbuja inmobiliaria similar a la española, como Estados Unidos, Reino Unido o Irlanda, donde la depreciación media ha superado el 30%.

2010 se cierra como el tercer año de la crisis más devastadora que ha conocido el sector. Nunca una estadística oficial había registrado tres años consecutivos de deflación. En la crisis que siguió a los Juegos Olímpicos de Barcelona y a la Expo de Sevilla de 1992, las casas también perdieron valor. Pero la serie que elabora Fomento desde 1987 solo cuantificó caídas en dos años: 1992 y 1993. Ahora, el metro cuadrado de un piso en el mercado libre cuesta 1.825,5 euros, un 0,4% menos que en el trimestre anterior. Estos precios son similares a los de hace cinco años.

Pero los datos que se desprenden de la estadística oficial esconden realidades diametralmente opuestas entre una ciudad y otra, o incluso entre un barrio y otro. Porque mientras el desplome de los tres últimos años oscila entre el 20% y el 18% en algunas provincias del centro de la Península -como Toledo, Guadalajara o Madrid-, y de la costa mediterránea -Alicante, Málaga y Murcia-, en Ourense los precios se han mantenido exactamente iguales. Otras provincias como Cáceres o Soria, donde la burbuja no se hinchó como si nunca fuera a estallar, han registrado caídas de precios muy moderadas, en torno al 2%.

Además, Cantabria, Asturias, Galicia y la ciudad autónoma de Melilla ya asisten a tímidos repuntes en las tasas interanuales -es decir, en las variaciones respecto al año anterior-. Todo lo contrario ocurre en Navarra, Madrid, Aragón, La Rioja y la Comunidad Valenciana, donde las disminuciones a finales de 2010 aún superaban el 4%,

En su boletín económico de diciembre, el Banco de España echó más carbón a un sector poco necesitado de malas noticias. El regulador vaticinaba que los precios van a caer más este año que en 2010, ya que la retirada de estímulos -subida del IVA y eliminación con carácter general de la desgravación fiscal por compra de vivienda- podía haber contribuido a una moderación en la caída a lo largo del segundo semestre del año pasado. "Parece probable que el esfuerzo financiero para adquirir una vivienda no aumente al desaparecer la desgravación fiscal para los contribuyentes con rentas más altas", concluía en diciembre el Banco de España.

El jefe de estudios del portal idealista.com, Fernando Encinar, considera que el mercado inmobiliario va a vivir inmerso en "ajustes similares" a los del año pasado "durante mucho tiempo". "El precio de la vivienda va a bajar con toda seguridad en 2011 y experimentará suaves caídas en los años siguientes", añade. Más moderado se muestra el catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona Josep Oliver. "Todavía podemos asistir a nuevas caídas de precios en promedio, pero en las áreas urbanas más importantes el exceso de oferta es ya muy escaso o inexistente, lo que hace pensar que ciudades como Madrid o Barcelona disponen de poco margen para que los precios sigan a la baja", asegura. "Las caídas seguirán, pero a tasas más moderadas durante 2011", concluye Taltavull.

De la evolución de precios podrá hablar el ministro de Fomento en las dos reuniones que tendrá esta semana para abordar los problemas del sector inmobiliario. José Blanco se verá hoy con representantes de las principales entidades financieras españolas; y mañana con los de las promotoras. Estos encuentros abordarán uno de los temas que más preocupan tanto a la banca como a las inmobiliarias: el stock de viviendas sin vender, que el Banco de España estima entre 700.000 y 1,1 millones. Se trata de una primera toma de contacto del titular de Fomento, que asumió las competencias del desaparecido Ministerio de Vivienda tras la remodelación del Gobierno de octubre.

01/2011

Hace unos cinco meses Víctor Mato puso a la venta un apartamento que había comprado en Santiago. «Fue una inversión que hice cuando tenía un trabajo estable, pero las circunstancias cambiaron. Ahora estoy en el paro y tengo dos hipotecas», explica este vecino de Silleda. En este momento, le urge quitarse uno de esos dos pesos de encima. Son los extremos de una soga que lo ahoga. Pero aunque pide lo justo para no perder dinero, 165.000 euros negociables para un inmueble totalmente reformado que cuenta con 33,5 metros cuadrados útiles y otros 38 de terraza, el mercado manda y, como dice, no logra «vender el piso, ahora hay que regalarlo».

Además, explica que Hacienda le reclama ahora cuatro mil y pico euros. «Es la diferencia entre el 7% de los 120.000 euros que pedí en su día de hipoteca y el mismo porcentaje de los 155.000 en los que está tasada la vivienda y que son los que realmente aboné», dice.

La urgencia que tienen los dueños de los inmuebles para vender sus propiedades es una de las principales variables que hacen que el tiempo medio de comercialización se acorte o se dilate. «Todo vai en función da falta de cartos que teña cada un. Tamén hai moitos que, cansados de esperar, optaron por alugar. Pero tampouco é que baixaran os prezos moito», explican fuentes de una inmobiliaria de Lugo.

Otra agencia de Carballo, en la Costa da Morte, corrobora que en general los precios de la vivienda de segunda mano no han bajado, pero tampoco han subido. «O que ocorre é que os que están interesados en serio poden obter un prezo mellor. Pero tampouco vimos casos que tivesen urxencia, o que houbo foron bastantes embargos», comenta.

Circunstancias

La pérdida del empleo, el cambio de domicilio por traslado en el trabajo o las separaciones son algunas de las circunstancias que empujan a muchos propietarios a poner en el mercado unos inmuebles a los que obtendrán una escasa o nula ganancia debido a la premura que tienen por poner fin a la operación.

En zonas como la costa de Lugo, donde hubo un fuerte bum inmobiliario, hay muchos veraneantes de otras partes de España que ahora quieren deshacerse de la segunda vivienda que tienen en la zona. Es el caso de Daniel, que es de Guadalajara. «Compramos en Burela por un conocido, pero no venimos mucho. Y para qué quieres ahora el piso», cuenta.

Otro de los factores que juega en contra de los propietarios es el amplio stock de viviendas, la mayor parte de nueva construcción, que tienen los bancos y cajas en cartera. Fuentes de Novacaixagalicia explicaron que tienen unos 1.200 inmuebles repartidos por toda España.

Un estudio elaborado por el portal Facilismo.com muestra cómo el tiempo medio que tarda un piso en cambiar de propiedad en Galicia ha alcanzado ya los once meses. Fuentes del sector consultadas coinciden en que ahora se tarda más en finalizar las operaciones, pero tampoco hablan de medias exactas.

El presidente del Colegio de Agentes de la Propiedad de la provincia de A Coruña, Herminio Carballido, apunta que antes podía tardarse una media de entre tres meses y un año, pero ahora no hay plazo porque, al menos en el mercado coruñés, no hay gangas.

Por su parte, el agente de la propiedad vigués Fernando Araújo, de Alonso & Araújo, dice que «antes cerrabas operaciones en tres o cuatro meses, un plazo de meses que ahora pueden multiplicarse».

Lo que es cierto es que, a finales del pasado año, algunos de los que llevaban tiempo aguardando para colocar su piso lograron por fin ver el final del túnel. El 2010 terminó con una ligera agilización del mercado inmobiliario que, para algunas fuentes del sector, no fue más que un pequeño y efímero balón de oxígeno. Los movimientos se debieron, primero, al temor a la subida del IVA y, luego, a la eliminación de las desgravaciones fiscales por compra de vivienda en las rentas altas. Desde el 1 de enero de este año, solo las rentas que no superen los 24.000 euros de base imponible tienen deducción. Hasta los 17.000 es del 100% y al resto se les aplica un coeficiente reductor.

En este sentido, este agente explica que a final del año pasado lo que aumentó fue «la demanda de los pisos más caros porque las rentas altas aceleraron la compra de inmuebles en áreas como el centro de Vigo. Pero eso es algo que no ha ocurrido en áreas periféricas, donde los inmuebles son más baratos». Y es que, añade, en el nicho de pisos que tienen precios de entre los 120.000 y los 200.000 euros la oferta es muy amplia, mientras que los compradores son muchos menos. «Luego, los bancos tampoco colaboran y, al final, muchos acaban animándose a alquilar», añade.

Otros agentes inmobiliarios son más apocalípticos. «Hace unos dos meses y pico saqué al mercado un piso que tenían mis padres, pero cada vez hay que poner todo más barato o hasta regalarlo» explica Pilar, trabajadora de una agencia de Ourense.

01/2011

En la penumbra amarillenta de un aparcamiento subterráneo del centro de Madrid, Paula Márquez se encuentra con Pavel Gómez, o al revés, según quien salga primero del trabajo; suben al coche y entonces esta pareja treintañera comienza el viaje de vuelta al hogar. El vehículo deja atrás la ciudad, atraviesa el Corredor del Henares, centros comerciales, obras, polígonos, se aprieta a otros coches a mitad de camino, cuando se reducen los carriles de la autopista, y va así poco a poco trazando en paralelo el recorrido del AVE Madrid-Barcelona. El tren discurre por lo alto, cosiendo un pliegue de tierra a unos mil metros de altitud, mucho más rápido, mientras Pavel y Paula pulen el asfalto de la A-2. Sus caminos se cruzan un poco más allá, una hora después, en lo alto del páramo que domina Guadalajara. En esta tierra de secano donde aún se siembran girasoles, croan las ranas en verano y el viento en invierno se vuelve inclemente, aparece Ciudad Valdeluz, un costurón que alguien, en un foro inmobiliario de Internet, comparó con "una mala partida del Simcity", un videojuego de estrategia en el que uno ha de construir y abastecer ciudades al modo en que lo haría Dios o un planificador omnisciente, viéndolas crecer a vista de pájaro.

La perspectiva aérea de Valdeluz hace torcer el gesto. Una mala partida, seca por el frenazo inmobiliario. Con los dados caídos sobre el tablero. Se ven cuadrículas de asfalto y solares vacíos, como si fuera un bloc de notas en blanco. Solo hay vida en una esquina, sin nada alrededor, más que carreteras, caminos, tierras de labranza, un vértice que habitan Paula y Pavel y otras 1.200 personas. Un 4% de lo previsto. Hay muchas formas de vivir solo. Esta es una de ellas. La urbanización fue proyectada para 30.000, más de un tercio de la población de Guadalajara capital. Las expectativas, cuando se colocó la primera piedra en 2004, eran alentadoras. Lo tenía todo a favor: una estación de AVE, la proximidad con Madrid, los precios competitivos. "Pensada para crecer", decía un vídeo promocional. Casi podían verse los trenes llenos, las casas a rebosar. Pero algo inesperado ocurrió por el camino. O mejor: algo había comenzado a fraguarse ese mismo año en toda España. Un ligero desajuste entre oferta y demanda, una inmensa pompa de jabón: plop.

La epilepsia inmobiliaria ha trazado un mapa raro, un urbanismo de solares y pisos vacíos, de calles sin nombre, donde una o dos luces solitarias se encienden en la noche y un edificio aparece aislado en el desierto. En los ensanches de grandes ciudades no es extraño hallar bloques habitados por cinco o seis familias. Desde sus ventanas se divisan esqueletos de hormigón y herrumbre, cadáveres de la burbuja. Tierra yerma que se urbanizó demasiado tarde, cuando la patata caliente del ladrillo empezaba a dejar llagas en las manos. En España, si quisiéramos, podríamos dar cobijo a toda Noruega. No solo contamos con un ejército de casas nuevas, también las hay a medias o simplemente proyectadas. Así estaba el panorama a finales de 2009, según el último informe de R. R. de Acuña y Asociados, uno de los más reputados: viviendas terminadas no vendidas, 565.063; en construcción, 290.441; paradas, 358.071; no iniciadas y con proyecto, 1.073.670; suelo residencial acabado en promoción, 1.342.435. Total: 3,6 millones de domicilios presentes y futuros en los que habita la niebla. Si se mantienen "constantes" las condiciones del mercado, añade el informe, el tiempo necesario para "la disolución del stock de viviendas" será como mínimo de seis años. Al suelo urbanizado, esas cuadrículas como de bloc en blanco, se le augura un destino más negro. Fernando Rodríguez de Acuña, jefe de proyectos de la firma, indica: "Está claro que sobre ese suelo no se va a construir en mucho, mucho, mucho tiempo". Desde el aire, el mapa de una España residencial inacabada. A pie de calle, las personas se van adaptando a los espacios en barbecho.

Cuando llegan a casa y aparcan el coche en el garaje, a las ocho y pico de la tarde, Pavel suele preparar un zumo multifrutas mientras Paula realiza sus ejercicios de yoga. Entonces, comienza la vida. Cuando los días se alargan, en primavera y verano, los últimos rayos de sol se cuelan en casa. Salen a la terraza, se tumban sobre la chaise longue y ven desaparecer el atardecer en el horizonte. El invierno resulta más árido, pero el hogar es agradable y espacioso. Sobre la estantería del salón descansa el juego de mesa Los colonos del Catán. Suelen echar una partida los sábados con un matrimonio vecino. Gana quien consiga expandirse antes sobre el territorio vacío. Quizá por eso, a Paula, secretaria en un bufete de abogados, le gusta referirse a sí misma como parte de "los colonos" de Valdeluz, aquellos que llegaron a estas 490 hectáreas cuando no existía supermercado, ni tienda, ni ambulatorio, ni bar. Una "primera generación" que no alcanzaba los 300. Los que vieron frenarse las obras de la primera de las cuatro fases proyectadas y cómo el resto quedaba en suspenso indefinido. "El ritmo de construcción se ajustará a la demanda de cada momento", dice un portavoz de la promotora, Reyal Urbis, que ha cedido parte de sus activos en Valdeluz a los bancos como parte del proceso de renegociación de una deuda de 4.600 millones.

El parón tiene sus efectos colaterales. El centro comercial, inviable económicamente, es hoy un local candado. La promotora reubicó un pequeño hipermercado unas rotondas más allá, junto a lo que era la cantina de los obreros, hoy el único restaurante de la ciudad, una nave que hace también las veces de discoteca. El centro de salud es un solar vallado y, mientras tanto, un ambulatorio abre dos o tres horas diarias. El colegio Luz de Yebes, pensado para los hijos de 9.200 familias, se quedó con las obras al aire. Su constructora suspendió pagos. No se le ha concedido el concierto educativo. Las clases se dan en uno de los pocos edificios terminados del complejo. Cuenta con 214 alumnos, la mitad de ellos de Valdeluz.

Cada apertura de un local nuevo se celebra como una fiesta. Los comercios se publicitan meses antes en los ladrillos que cubren los soportales. "Clínica veterinaria", dice una pintada estos días. En fin de semana, cuenta Pavel, se ve mucho paseante de perros y niños y embarazadas. Parejas que empiezan. O gente como ellos que reempieza. Un segundo matrimonio, con hijos en fines de semana alternos. El primer correo electrónico de Pavel fue revelador: "Tras una separación, encontré en Valdeluz el lugar donde reemprender mi vida y dar a mis hijas un espacio digno a un precio razonable". Suelen salir en bicicleta o a patinar, sin correr ningún peligro por la infinidad de calles cerradas al tráfico. Van hasta el club de golf, al que aún les dejan entrar sin ser socios, o hasta Yebes, municipio de labradores al que pertenecen. "Esto no es una ciudad fantasma", repite la pareja. "La vida aquí tiene un punto entrañable que no veníamos buscando". La gente, se conozca o no, se saluda en la calle. "La ayuda va más allá de prestarse azúcar. Se genera una relación estrecha entre los vecinos. Es como un pueblo".

Pavel, director de comunicación de una entidad financiera, creó en 2009 un grupo de Valdeluz en Facebook al que se han adherido 300 vecinos. Los usuarios cuelgan noticias y fotos, ofrecen servicios, organizan torneos de mus o buscan compañeros de coche. El transporte es el gran escollo de la urbanización. Valdeluz se ideó a 20 minutos de tren de la capital, a la que estaría conectada por lanzaderas de alta velocidad a bajo coste. Pero el andén de las lanzaderas sigue criando malas hierbas y la mayoría de trenes cruza cortando la niebla como un cuchillo. Sin gente no hay AVE y sin AVE no llega gente (o no al ritmo esperado). Han ido mudándose por goteo a medida que los precios han recuperado parte del equilibrio perdido. Guadalajara, según el último informe del Banco de España, es la provincia donde más cayó el precio de la vivienda nueva, un 20% desde su cota más alta. Murcia es la segunda.

Se abre la puerta del ascensor en un edificio con el silencio de una cámara frigorífica. Hay pelusas por los pasillos, publicidad en el suelo, buzones sin nombre. Del ascensor surge una mujer de unos 60 años, rubia, con un caniche. Levanta la mirada y da un respingo: "¡Qué susto!". No esperaba cruzarse con nadie. En su escalera solo hay tres viviendas ocupadas de 18 y no llegan a 10 en el edificio; casi 60 domicilios vacíos. Hasta hace un mes, los ocupantes seguían conectados a la electricidad y el agua de las obras. Aún no les llega el correo, no les localiza ningún GPS. De noche, el bloque parece un espectro, con un par de luces encendidas en la fachada. Vierte sobre una rotonda a partir de la cual todo son obras, muchas paradas. Al ensanche norte de Murcia, este proyecto de aluvión de 30.000 viviendas, se le llegó a llamar "la milla de oro". "Los precios estaban elevadísimos", cuenta Javier Altuna, 37 años, uno de los habitantes del edificio. Abajo, en la rotonda, el mismo corredor cruza varias veces el mismo punto, como siguiendo un espejismo en el desierto. Raquel Aparicio, otra vecina, de 22 años, intenta recordar cuántas personas la acompañan: "Una vez me crucé con uno…". Finalmente resume: "Esta zona todavía no está". Y seguirá sin estar durante un tiempo. Murcia es la región española donde más cayó el empleo en construcción (un 52,4%) y las transacciones de compraventa (10,4% en 2008 y 2009), y la autonomía con mayor sobreproducción de casas, según un estudio de Catalunya Caixa. De cada 100 viviendas, más de seis están terminadas y sin vender. Cerca de 13.000 en la ciudad; unas 50.000 en toda la región.

Existen, ya se ha indicado, muchas formas de vivir solo. Lo murciano parece un modelo aparte. Con los nervios a flor de piel, un ruido en la noche resulta inquietante y toca repetirse: "No es nada. No hay nadie en el edificio". Lo cuenta Noelia Hernández, profesora de 31 años, que en octubre se mudó a un piso bajo de protección oficial en Molina de Segura. Aquí ha vivido sola hasta que hace poco vio prenderse una luz y descubrió la existencia de vecinos. Dos de veinte. Un 10% de ocupación. Dice: "La soledad se siente por las noches. Es como si viviera en el campo". Una de sus primeras medidas fue colocar rejas en puertas y ventanas. Su terraza vierte a una extensión de tierra urbanizada. Cuadrículas de asfalto y palmeras sobre lo que fue una hacienda con granados, higueras y almendros. Como si fuera el campo, pero no. A la urbanización la llaman Los Leandros, y sus 2.500 viviendas no existen "por los mismos motivos que alegan todas las empresas", dice una voz de Ivercon Reigo, promotora del presidente del Fútbol Club Cartagena, Francisco Gómez, el mismo que tenía previsto edificar una ciudad del golf en Navas del Marqués (Ávila). El caso aún colea en los tribunales.

Jesús Pons, editor de Vega Media Press, un diario digital de la región crítico con la cultura del pelotazo, aventura una explicación murciana: "Especulación, corrupción, chantaje". Su medio acumula una veintena de querellas de promotoras y constructoras que no han prosperado. Dos de ellas, cuenta, fueron interpuestas por Polaris World, compañía que se especializó en complejos residenciales para europeos con un estilo marcado: hileras de casas blancas, golf y piscina. El último lo comenzaron a construir al borde de la recesión, y quedó inacabado: el Condado de Alhama, una macrourbanización vallada que pertenece ahora al consorcio de cajas y bancos con los que la empresa renegoció su deuda. La idea era levantar cerca de 30.000 casas sobre 10 millones de metros cuadrados. Philippe Tabone, un francés de 50 años que habita seis meses al año este lugar inhóspito, lechoso y vacante, juega solo al golf y se lo toma con filosofía: "He hecho el mejor negocio del mundo. Mira qué club social". Señala un montón de cemento junto al green. "Todo esto pertenece ahora a los bancos".

La deuda del sector con las entidades financieras suma 400.000 millones de euros en España. "Imposible de pagar", dice el informe de R. R. de Acuña. La escasez de crédito ahoga a grandes y pequeños, y provoca situaciones insólitas. En una localidad de Madrid, por ejemplo, A. ha estado viviendo un año completamente solo (con dos gatos) en un lujoso bloque cuyas viviendas rondan los 700.000 euros. Cuando se terminó, a falta de compradores, la promotora familiar tuvo que tomar decisiones. Desde entonces, A., de 29 años, hijo del promotor y empleado en la empresa, ha mantenido la piscina, cortado el césped, cuidado las zonas comunes y habitado un piso de 150 metros, para evitar el deterioro de las instalaciones. La garita del portero sigue cerrada y es A. quien muestra los pisos en venta. La mayoría alega lo mismo: si lograran vender su casa, estarían dispuestos a adquirir la vivienda. Pero nadie compra y nadie vende, todo permanece inmutable, la espiral asfixia y las viviendas quedan deshabitadas. Desde hace poco, A. tiene nuevos vecinos, un matrimonio que se mudó al segundo. Los únicos. Por lo demás, el edificio sigue su curso, vacío frente a unas imponentes vistas de la sierra. Pero vigilado y a salvo.

Hace un mes, The New York Times daba cuenta del vandalismo que amenaza las promociones deshabitadas, hilando una historia sobre el miedo en una urbanización de Yebes, cerca de Valdeluz, en la que los pocos vecinos "tienen perros para alejar a los extraños". En realidad, el artículo trataba de cómo los bancos han ido adueñándose de millones de euros en activos inmobiliarios sin vender de promotoras y constructoras. Las cifras son oscuras. Mientras el informe de R. R. de Acuña aventura unas 200.000 propiedades (25.000 millones de euros), Luis Corral, de Foro Consultores Inmobiliarios, prefiere decir que "no es fácil contabilizar el trasvase". Señala dos puntos clave y una solución: "Se ha construido de más. Los activos valen hoy menos que la deuda que soportan. Y el sistema financiero es el único que puede resolver el problema a base de sacrificios. El saneamiento pasa por asumir pérdidas". Si las estimaciones de Jesús Encinar, fundador del portal inmobiliario Idealista.com, son acertadas, los precios seguirán cayendo hasta un 30% o un 50%. Un "aterrizaje suave", decía el Gobierno, pero "doloroso, como una depilación lenta", incide Encinar. En muchos casos se venderá por debajo de coste. Pero la crisis, añade, quizá traiga buenas noticias, como la de facilitar la emancipación de los jóvenes. "Aunque con el paro que hay parece difícil".

La pregunta del millón es si la población logrará reabsorber toda esta masa vacía. Juan Valiño, socio de una inmobiliaria en la localidad costera de Miño (A Coruña), se empeña cada día en buscar una salida. Comercializa viviendas de la urbanización Costa Miño Golf, una promoción pensada para 3.000 personas, entre chalés y pisos, y cuyo destino ha corrido en paralelo al de su promotora, Martinsa-Fadesa, que declaró en 2008 la mayor suspensión de pagos de la historia española. Durante un tiempo se paralizaron las obras, aunque poco a poco se han ido reanudando y las ventas se han reactivado tímidamente. La ocupación, sin embargo, dista varios mundos de lo esperado, sobre todo en la zona de chalés: se han vendido 80 de los 800 proyectados. Valiño celebra con entusiasmo cada nuevo habitante. Los llama "pioneros", y estos dan cuenta de una felicidad extrema, a pesar de haber atravesado un calvario de dilaciones, sustos inmobiliarios y una soledad sobrevenida. Muchos de los chalés se han adquirido como segunda residencia, y solo unos pocos (una decena) viven allí habitualmente. "Cuando llegamos, esto era la ciudad de los bandidos", bromea Ángel Miser, de 36 años, un técnico de electrodomésticos que se mudó allí en mayo de 2010 con su familia. Amante de la naturaleza y los espacios abiertos, dice: "No me cambiaría por nada. Aparco el coche en la casa del vecino [deshabitada] y los niños pueden salir a cualquier hora". El silencio y la oscuridad le confieren a la urbanización un aire neorrural. Por un frente, a lo largo de cuatro kilómetros, discurre el Camino del Norte, en su paso hacia Santiago, y, como ha ido ocurriendo en muchas aldeas despobladas, hay que coger el coche hasta para comprar el pan.

El urbanista José María Ezquiaga dice que ha llegado el momento de repensar el urbanismo. "Hasta ahora, la legislación del suelo estaba pensada para crecer. No tenemos instrumentos para afrontar un marco recesivo". Sería necesario, dice, aumentar la densidad de tanto ensanche, terminar las casas a medias, reprogramar el suelo urbanizado en desuso, apostar por una vivienda colectiva, tasar los alquileres. "No lo contemplan las leyes, pero tampoco contemplaban esta crisis". El sociólogo y arquitecto, premio Nacional de Urbanismo, muestra además la herida abierta de algo que veremos llegar: el coste social de mantener servicios básicos en lugares vacíos. "La escolarización, el transporte, la seguridad, la salud… Tener barrios a medias y deshabitados supone una situación dramática para los Ayuntamientos. ¿Cómo vamos a pagar esto entre todos?".

En un paisaje lunar, sobre la falda de una colina, se yergue un edificio solitario de ladrillo, donde viven 20 familias. Cuentan sus pobladores que los jabalíes se acercan de vez en cuando hasta el contenedor de basura. Los servicios municipales pasan a recogerla una vez a la semana. Más no sería rentable, igual que tampoco resulta rentable mantener un servicio de correos (lo recogen en el pueblo, a siete kilómetros), ni el de gas (funcionan con un tanque de propano provisional), ni el de teléfono, ni el transporte público. Nos encontramos a las afueras de La Muela (Zaragoza), un municipio de 3.500 habitantes que quiso convertirse en la tercera ciudad de Aragón, con 45.000. Jesús Ibáñez, de 30 años, entra en casa, con el folleto navideño de unos grandes almacenes en la mano. Dice: "Lo cogí en casa de mis padres. Aquí no llega ni la publicidad". Aquella colina pudo ser una urbanización de lujo. Su primera fase, con 2.300 casas, se promocionaba a 6.000 euros el metro cuadrado. Ciudad Zaragoza Golf es hoy un secarral con vestigios de obras y carteles promocionales cuyos mensajes resuenan como un mal chiste: "Tu mejor golpe", "haz tu vida más cómoda", "con todo lo que puedas desear", "toda una ciudad cerca de todo".

Tres parejas han ido fraguando una amistad entrañable en el único edificio de una tierra despoblada. Comenzaron a llegar en 2009 a este bloque de protección oficial y, a pesar de los desperfectos, las grietas, las inundaciones en el garaje y los problemas con la constructora, que hace valer su mayoría en las juntas de vecinos (conserva la propiedad de 15 viviendas vacías), parecen los protagonistas de una sitcom tipo Friends. De las paredes del ascensor cuelgan post-it recordando juergas pasadas o anunciando problemas. "Es como nuestro blog". Si uno va a por tabaco o a la ferretería, pregunta si otro necesita algo. Comparten cenas y sesiones de Thermomix. Las puertas casi siempre se encuentran abiertas. Una llamada perdida en el móvil significa charla en la galería. Si suenan dos tonos, toca acudir a casa de quien la emite. Hace poco, después de un año, dejaron de ser "el sector tres punto uno de la urbanización Zaragoza Golf". El Ayuntamiento los rebautizó como avenida de Madrid, 7, y entonces se dijeron: "Qué inspiración. Tanto tiempo para esto". La elección del número, en este desierto que habitan solos, sigue siendo una incógnita.

01/2011

La ola de desahucios tomó altura el año pasado en Estados Unidos. Hasta el punto de arrastrar a un millón de propietarios, a los que los bancos les quitó sus viviendas por no pagar las hipotecas. Es un 14% más que en 2009. Y podrían haber sido más, de no ser porque al final de año, grandes bancos como JP Morgan Chase, Bank of America y Ally Financial suspendieron los embargos tras detectar una serie de irregularidades en el papeleo.

Los datos de RealtyTrac vuelven a poner en evidencia que el sector inmobiliario sigue deprimido en EE UU, cuatro años y medio después de hacer pico el precio de la vivienda. El desplome se hizo evidente en el verano de 2007. Nunca antes se había registrado un número tal alto de reposesiones de vivienda por parte de los bancos. Y son una tercera parte del total de expedientes que se iniciaron el año pasado a propietarios morosos.

La alta tasa de paro, que se mantiene desde hace año y medio muy cerca del 10%, explica en gran parte por qué la herida no termina de cicatrizar. Pero no son solo los estadounidenses en dificultad para encontrar empleo los que están atrapados por esta espiral. Los desahucios también afectan a figuras tan reconocidas como el actor Nicolas Cage.

Cuando las cosas iban bien en el mercado inmobiliario, Cage se lanzó a comprar propiedades dentro y fuera de EE UU que no podía mantener, como la extravagante mansión que adquirió en Las Vegas en 2006 por 8,5 millones de dólares. Dos años después intentó venderla por casi 10 millones, con el mercado en caída libre en Nevada. Los bancos recuperaron la propiedad.

Ahora vuelve a estar en el mercado, por 7,9 millones. Nevada es, precisamente, el Estado que tiene en este momento el mayor índice de embargos en EE UU, con uno de cada 11 propietarios recibiendo notificaciones de los bancos por el impago de la deuda. En la vecina Arizona, el riesgo de ser desahuciado afecta a uno de cada 17 hogares. Le siguen Florida y California.

Sin perspectivas de mejora

Fue un año difícil, como indica en RealtyTrac, peor incluso que 2009. Y las cosas se pusieron muy feas en noviembre, cuando afloró el escándalo del "robo-signing", por el que los bancos dieron curso a miles de procesos de embargos sin revisar la documentación. Los esfuerzos de la Casa Blanca para contener la ola tampoco están dando los frutos deseados.

La situación no parece que vaya a mejorar a medio plazo, porque los desahucios que quedaron suspendidos pasarán a engordar la cifra de 2011. Para hacerse una idea del deterioro que sufrió el mercado de la vivienda en EE UU, basta con comparar estos datos con las 100.000 propiedades que recuperaron los bancos en 2005, un año antes de que estallara la burbuja.

Desde el inicio de la crisis, RealtyTrac calcula que tres millones de propietarios perdieron sus casas, número que se doblará para 2013 porque hay cinco millones de viviendas bajo estrés. Eso significará que los precios podrían caer otro 10%, adicional al 33% de media registrado desde el verano de 2006, según S&P Case Shiller. La esperanza es que en 2011 se toque fondo.

01/2011